La mejor versión de Lionel Messi, errático en sus últimas apariciones en el París Saint-Germain, regresó ante el Lille, que perdió 1-5 con una buena actuación del jugador argentino que coronó con un tanto excelso con el que rompió su sequía goleadora en la Ligue 1.
El próximo rival del Real Madrid en la Liga de Campeones parece que va a contar con un Messi más afinado de cara a la eliminatoria de octavos de final que disputarán ambos equipos dentro de dos semanas. Para eso contrató el club parisino al ex jugador del Barcelona, para desnivelar la balanza en Europa, donde ansía un triunfo que rompa con la historia de trofeos en la máxima competición continental.
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Messi fue la apuesta más potente del proyecto del París Saint-Germain este verano y, de momento, la relación no ha sido fructífera. Hay más oscuros que claros y cualquier pincelada del argentino es vista como una esperanza hacia su despegue definitivo. Y, este fin de semana, Messi ofreció algunos detalles que auguran peligro para el Real Madrid.
El primero, y tal vez el más importante, es que parece haber dejado atrás su baja condición física que le impidió disputar tres partidos consecutivos. Volvió la jornada pasada ante el Reims con 28 minutos testimoniales, entró en el once titular contra el Niza en Copa para ofrecer una imagen pésima con eliminación incluida y repitió en la alineación de Pochettino ante el Lille con un mejor estado.
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Messi ofreció su mayor exquisitez al borde del descanso para hacer el tercer tanto del París Saint-Germain. Robó el balón al borde del área, prolongó la pelota hacia dentro y superó con una sutil vaselina al guardameta croata Ivo Grbic. Fue su momento, uno de los mejores desde que llegó al conjunto parisino y con el que se quitó un lastre: marcó su segundo gol en Liga, el séptimo del curso y rompió una sequía de dos meses.
Supera a Pelé
Además, Messi superó los 757 tantos de Pelé y, con 758, se convirtió en el tercer máximo goleador de la historia del fútbol profesional.